Esta misma mañana se ha celebrado una jornada de reflexión sobre el conflicto saharaui en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El acto, organizado por la Fundación Aisge y CEAS y habiendo reunido a un nutrido auditorio, ha sido inaugurado por el rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, que ha resaltado lo importante de “ser la conciencia viva de una sociedad que a veces está dormida”. Berzosa ha recordado el manifiesto suscrito en 2009 por todos los rectores de las universidades madrileñas, a favor del pueblo saharaui y de la resolución del conflicto, y ha afirmado que “sigo pensando que otro mundo es posible y desde la universidad no sólo ofrecemos expertos en la materia sino, además, el apoyo firma para lo que consideramos una causa justa”.
Por su parte, Anna Badía Martí, catedrática de Derecho Internacional Público de la Universidad de Barcelona, ha remarcado el “desfase y distanciamiento entre el tratamiento jurídico y político de la antigua colonia española, sin que se perciba, además, ninguna voluntad de resolverlo”. En su opinión, “resulta inaudito que en el Sáhara Occidental no se apliquen los derechos fundamentales recogidos en la Convención de Ginebra”. Respecto a la explotación de los recursos naturales saharauis por parte de Marruecos y la comunidad internacional, la catedrática no ha dudado en reclamar que “se constituya un comité mixto de evaluación de la situación y, por supuesto y en lo que a la pesca se refiere, que mientras se decida, quede en suspenso este espacio en el que se puede faenar”.
Estas palabras han venido a reforzarse con la participación del investigador de Filosofía del CSIC y miembro de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, José Antonio Gimbernat, que ha denunciado que “no hay mayor violación de los derechos fundamentales que la ocupación de un territorio que no te pertenece a costa de los derechos civiles y políticos de sus habitantes, lo que se traduce en que los económicos, sociales y culturales están en precariedad”. Muy crítico, Gimbernat ha puesto sobre la mesa cómo el anterior comisionado de la ONU constató que “el Consejo de Seguridad no tiene la voluntad de hacer cumplir en la zona el derecho internacional y los derechos humanos del pueblo saharaui; una denuncia que le costó la dimisión”. El sociólogo ha apuntado que “los defensores de los Derechos Humanos y del pueblo saharaui nos movemos en el terreno de la pasión de la Irreal Politik frente a todos los intereses de la Real Politik”.
Gimbernat se muestra contrario a la posibilidad planteada por Marruecos de ofrecer la autonomía saharaui dentro del régimen marroquí, explicando que “es un círculo cuadrado, una trampa, y así se lo he explicado al ministro Moratinos, porque en una dictadura no se puede hablar de autonomía; es como si en la España franquista habláramos de la autonomía de las provincias españolas”. El filósofo ha concluido afirmando que “hay que ejercer una presión internacional sobre Marruecos, sin que sea posible la cooperación con ese reino mientras no reconozca al pueblo saharaui”.
A la denuncia de la “cobardía internacional y la connivencia de la comunidad”, se ha sumado Willie Toledo, codirector del FiSahara, que ha ido más allá asegurando que “cuando el Rey, el presidente, un ministro o un consejero se sientan en la misma mesa con Mohamed VI, ellos también están torturando, asesinando y violando los Derechos Humanos”. Willie ha sido tajante a la hora de indicar que “no podemos permitirnos el lujo de ser socios prioritarios de Marruecos, ni podemos consentir que Mohamed VI y España se hermanen, como dice el Gobierno y la Corona, mientras se sigan violando los Derechos Humanos”.
En sus propias palabras, “los activistas saharauis no son independentistas, porque para eso, deberían haber formado parte previamente de Marruecos, y el Sáhara Occidental ni ha pertenecido, ni pertenece ni pertenecerá a Marruecos jamás”.
Willie ha lamentado que la mayor parte de las coberturas mediáticas que se hacen del conflicto provengan de los campamentos, “cuando la lucha más cruda, más intensa, y donde la ONU cifra en más de 500 saharauis desaparecidos, se da en los territorios ocupados”.
El codirector del Sáhara, justo antes de la lectura de un texto por parte de las decenas de actores que se han dado cita –esta tarde espero subir el texto íntegro-, ha apostado por la paz: “La comunidad internacional ignora y empuja al pueblo saharaui a volver a las armas. Tenemos que apoyar la lucha pacífica y ejemplar del pueblo saharaui, que en uno de los desiertos más duros del mundo han conseguido poner en marcha una sociedad democrática, avalada por los observadores internacionales”.
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